30 de diciembre de 2011

Crecer


Sé que ya hace una semana de navidad y que debería escribir algo más acorde a año nuevo. Pero no quería dejar pasar esta historia y un año es mucho tiempo para postergarla.

Esto va dedicado a todos los que alguna vez creyeron:

El niño entró a la habitación muy enojado e indignado. Se acercó a su madre y le planteó su infortunio.

-¡Mamá! No sabes lo que me planteó el Johnny.

-¿Qué pasó hijo? - Le preguntó su madre al ver a su pequeño tan alterado.

-¡Vino y me dijo que el Viejo Pascuero no existe! Siempre cree que me puede engañar con sus mentiras.

La madre del inocente pequeño suspiró hondo y viendo la queja con la que había llegado su retoño, pensó que ya era hora de ser honesto con él.

-Mira hijo, tengo que decirte algo. –Hizo una pequeña pausa con la esperanza de que encontrar una manera de anestesiar la siguiente parte de su oración, pero al ver que no existía manera, prosiguió -Tu amigo no te estaba molestando. No existe papá Noel.

22 de diciembre de 2011

La Invación de los Peques


Aprovecho que hago hora en el Duoc para escribir este artículo. Iba en el Metro dirigiéndome hacia aquí, un poco cansado e incomodo por un resfrío que me ataca (nada peor que enfermarse en verano) cuando de pronto comienza la clásica grabación del metro.

La grabación comienza con su típica voz: "Próxima estación...", pero las siguientes palabras me sacaron del letargo y a la vez causaron un par de risas en quienes íbamos en ese momento en el vagón, puesto que la siguiente frase que decía "...La Moneda." se escuchó con una voz chillona, casi infantil. En un comienzo pensamos que la persona que dirigía el metro estaba realizando una broma, pero pronto notamos que en las siguientes estaciones sucedía lo mismo, todos con el repetido "Próxima estación..." de la locutora de siempre seguido de el nombre de la estación pronunciado por diversas voces de pequeños.

Esto es algo que considero curioso e interesante y saca totalmente de la monotonía que la anterior voz nos había acostumbrado. Personalmente fue mucho más grato (incluso me olvide un poco de mi malestar) el viaje escuchando ahora quien nombraría la próxima estación, si sería el niño acelerado o la niña tímida, siempre de una manera distinta y sobre todo novedosa.

11 de diciembre de 2011

Pa' Lo Vasquez





Pasadas las 23:00 partimos los 5 al largo viaje. Todo listo, mochilas con comida y mínimo 2 litros de agua o jugo isotónico cada uno. La distancia que recorrimos desde nuestro punto de partida hasta el final fue de por lo menos 80 kilómetros. En nuestro caso llegamos pasadas las 7:00 a nuestro destino, muy cansados pero con la sensación de haber logrado algo que normalmente no hubiéramos creído podido hacer.
El grupo del viaje mas el "equipo de rescate"

El primer punto fue llegar a la ciclovía de la Alameda, así, a la altura de la Moneda, comenzamos a juntarnos con los cientos de ciclistas que claramente buscaban el mismo destino que nosotros. Es curioso recorrer en pocos minutos la alameda, pasando por Santiago Centro, para luego llegar a Estación Central hasta tomar la salida a la carretera. En ese instante la carretera comenzaba a darle la preferencia a los de ciclistas que a esas horas de la noche cubrían la carretera.

Una pequeña parada para beber un poco de líquido y comer un algo ligero dio la pausa necesaria para comenzar con el verdadero recorrido. Siempre cuidando de no pasar a llevar a los inconscientes que no llevaban luces y esquivando a los que iban más lentos que uno e incluso a los que además iban más rápido. En resumen se podría decir que fue una entretenida experiencia que pocas veces uno puede tener para recorrer grandes distancias en bicicleta, subir difíciles cumbres (que muchos simplemente prefieren caminar) y dejarse llevar por espectaculares pendientes.

Puntos ideales para hacer paradas:
-Las casetas de peaje
-Antes o después de cualquiera de los túneles
-Curacavi
-Casablanca (a pocos kilómetros del destino)

A unos 15 kilometros del destino


Un poco cansado, ya al final del destino
Para los que como nosotros, que no tienen mucha experiencia, siempre está la posibilidad de devolverse en bus, con la bicicleta en el techo de este o también pueden optar en nuestra elección de arrendar una camioneta para después cargar las bicicletas (recomendable si van en grupo). Ahora, si se trata de alguna persona mejor preparada físicamente, siempre está la posibilidad de devolverse en bicicleta, es algo muy bueno ya que se ahorra dinero, pero hay que tener presente que lo ideal es ganarle al sol, ya que andar a la luz de la luna es una cosa, pero con todo el sol de la mañana es otra cosa. En nuestro caso, salimos muy tarde, lo ideal es salir temprano para aprovechar bien la noche. 

Valientes que se devolvian en bicicleta

En conclusión, una oportunidad única como ninguna, ayuda a mantener un buen físico ya que requiere de una preparación previa que no es para nada difícil, solo se pide la voluntad y las ganas de realizar esta experiencia. Es recomendable si uno no está acostumbrado, hacerlo con amigos y finalmente en mi caso, estoy listo para el próximo año estar mejor preparado para rendir de la mejor manera.