1 de junio de 2011

Permiso Por Favor

Muchos saben como desde que se inició el Transantiago el metro en Santiago se ha vuelto algo casi insoportable, pero aún así el servicio sigue funcionando y de alguna manera los santiaguinos nos hemos acostumbrado al caos diario al que nos vemos envueltos diariamente en la aventura que hoy en día se llama Metro.

Lo único malo que he notado es que en estos días caóticos, la gente sigue velando por su propia conveniencia. Todos van pensando en sus propios problemas, se quedan cerca de la puerta y tratan de evitar lo más posible el contacto con los demás y eso es algo que necesitamos cambiar urgentemente.

Ahora, para que se entienda, no digo tampoco que andemos preocupándonos por los demás antes que por nosotros, tampoco podemos dejarnos pasar a llevar por el bienestar de los demás pero nunca está de más echar un vistazo a nuestro alrededor si es que vamos en el metro.

Personalmente es un poco complicado a veces comenzar a pedir permiso a la gente para poder salir siendo que muchos ni siquiera se dan entendidos en esos momentos o simplemente van escuchando música en su mundo, ocupando el espacio o que se paran tapando toda la puerta, olvidando que hay más gente que quiere pasar. Pues no está de mas si es que estas en esa posición, echar un vistazo a tu alrededor en el momento en el que el metro se esta deteniendo, como para hacerte a un lado, dejando a la gente pasar.

Todo esto lo digo porque es una práctica que siempre he tratado de llevarla a cabo. Cuando estoy en el medio del vagón o cuando estoy cerca de la puerta, miro a mi alrededor y si veo que alguien se quiere bajar, le hago espacio o simplemente si no veo nada sigo en lo mío. Es algo simple y no requiere de mayor esfuerzo que girar el cuello a nuestro alrededor, es una práctica que aparte de agilizar la entrada y salida del vagón, nos previene contra robos, ya que podremos ver si alguien esta muy cerca de nosotros.

Todo esto nació en mi cabeza la semana pasada cuando llegando a Manuel Montt, estación donde yo me bajo normalmente, noté como dos jóvenes delante mío giraron su cabeza hacia atrás y al notar que yo bajaba se hicieron a un lado, ahorrándome los permisos necesarios o que los pasara a llevar porque no se movían, todo fue más fácil y pude seguir mi camino sin contratiempos o malos ratos. Sería excelente si esto no solo pasara exclusivamente cada mil de una sino que esto fuera cotidiano, que todos se preocuparan de estos pequeños detalles para que así podamos hacer de este terrible momento que es el transporte público, algo más soportable.

Saludos!

No hay comentarios.: