21 de julio de 2011

El Paraguas Mágico



Muchas historias se han contado respecto a este místico artefacto y es probable que muchas canciones se hayan cantado relacionadas con el mismo. Pero muchas se acercan poco a la verdad.

Se cree que este objeto fue imbuido por el mismo Diablo y que en él se complementan las maldades del mundo. Pero hay gente que cree ciertamente que es solo parte del imaginario de la colectividad y de las coincidencias. Pero ciertamente era verdad que algo más allá de lo normal obraba sobre ese antiguo paraguas. Y es que llegó a mí de maneras poco claras, aparentemente descuidado por algún antiguo demonio de tierras olvidadas.

Comencé a usarlo años atrás debido al comienzo de la época de lluvias en Santiago. En ese entonces usaba mucho mi chaqueta marrón, la cual abrigaba muy bien en el frio pero que ciertamente no protegía contra la lluvia ya que era de cotele o algo así. Como siempre sacaba a pasear dicho paraguas y lo llevaba a clases o a donde tuviera que ir en esa época de lluvias ya que llovía bastante en aquel entonces.
Apenas lo tomé noté la carga que llevaba en sí, ya que no era algo normal, pero simplemente no le di mayor importancia. Lo llevaba en la mano, jugando con él o enganchado en el bolsillo cuando me aburría de tenerlo en la mano. A veces simplemente lo llevaba en la mochila, ya que era más cómodo.

De pronto se volvió algo cotidiano en mi vida, ya que a donde fuera, iba conmigo y fue así que descubrí algo increíble. Y es que nunca me mojaba con este paraguas. Cuando llovía torrencialmente mientras estaba en clases. Al salir, toda lluvia había cesado y misteriosamente el clima se mantenía calmo hasta llegar al metro. Así noté como siempre que estaba con el misterioso artefacto en mi poder, era que no llovía a mí alrededor, fue algo que no me costó mucho notar, ya que a donde iba no caía agua. Y fue así que concluí que el elemento en cuestión evitaba el artefacto, posiblemente temiendo las oscuras fuerzas que habitaban en él.
Pronto procedí a comentarle a todos mis cercanos acerca de mi descubrimiento y lo sorprendente fue que todos concordaron con mi historia. Fue así que en los días de lluvia todos me preguntaban si había traído mi paraguas mágico conmigo, y cuando les decía que si, se tranquilizaban, pues tenían la certeza que cuando terminaran las clases y siempre que fueran conmigo, podrían evitar el agua al irse a casa. A pesar de los hechos que demostraban lo poderoso del artefacto. Nunca faltó la gente incrédula, que pensó que era un juego que algunos seguíamos, pero de todas formas esta gente, que decidía no creer, no podía explicar el cómo era que los sucesos sucedían tal cual eran, siempre favoreciendo el poder que se emanaba.

Las reglas eran simples al usarlo y era que, no importaba lo que sucediera, el paraguas no debía abrirse, ya que una vez que se abriera, toda la oscuridad y maldad que lo habitaban se liberaría, perdiendo todo su poder místico.
Así pasó mucho tiempo hasta que los designios del destino jugaron en contra de su poder. En ese entonces una compañera me pidió prestado el artefacto para hacer uso de sus energías demoniacas, pero ante el temor de una pequeña llovizna y en contra de mis advertencias, decidió abrir el paraguas, liberando así toda la maldad que estaba contenida. En ese momento la lluvia comenzó a caer con mayor fuerza, como si la fuerza de la naturaleza hubiera sido liberada, después de haber sido oprimida por una fuerza oscura y era que en efecto la maldad contenida, que limitaba a las energías de la naturaleza, había sido perdida y el artefacto se había convertido en no más que un simple paraguas.

Inútilmente seguí usando el paraguas mágico, ya que una vez liberadas las energías, perdió todo su poder y protección. Mi en ese entonces polola, una de las personas escépticas con respecto a sus poderes, dejó en claro que mis intentos de usarlo eran inútiles debido a que solo era una creencia colectiva ente las personas a quienes yo había convencido.

En fin, la verdad es que finalmente poco importó si solo fue la imaginación colectiva o si realmente había perdido sus poderes el objeto y poca importancia tuvo el hecho de que tal vez podría recuperarlos porque finalmente, el artefacto, como llegó a mí, desapareció misteriosamente. Un día simplemente ya no estaba en mi poder y nunca más supe de él.

En estos meses que ha llovido un par de semanas, lo recordé y pensé que me sería de mucha utilidad volverlo a tener, pero ciertamente creo que es mejor que permanezca en donde esté. Puede que haya vuelto a las manos del demonio que lo dejó en primer lugar o simplemente se desvaneció de este mundo al perder el poder. Eso es algo que puede que nunca pueda saber.

2 comentarios:

Tírate un rollo dijo...

Un buen paraguas, es un buen compañero que te puede evitar una inundación segura, pero si es verdad ese dicho según el cual "el agua purifica", entonces, en invierno, todos deberíamos andar cantando "Tapsin Tapsin" bajo la lluvia, mojándonos hasta las uñas, con tal de quedar gloriosamente "purificados".
Es lo más absurdo que se me ocurre escribir a estas horas leyendo tu post. Perdón.
(Lo importante era comentar tu post, no la estupidez que puse).

Mitch... dijo...

jaja gracias por el comentario, me parece bueno... y oa veces creo que mi aura evita la purificación... y no soy el único que lo piensa... ya que hay gente uqe teme mi aura.. (creo que eso se presta para un tema... pero lo escribiré más adelante...