30 de diciembre de 2011

Crecer


Sé que ya hace una semana de navidad y que debería escribir algo más acorde a año nuevo. Pero no quería dejar pasar esta historia y un año es mucho tiempo para postergarla.

Esto va dedicado a todos los que alguna vez creyeron:

El niño entró a la habitación muy enojado e indignado. Se acercó a su madre y le planteó su infortunio.

-¡Mamá! No sabes lo que me planteó el Johnny.

-¿Qué pasó hijo? - Le preguntó su madre al ver a su pequeño tan alterado.

-¡Vino y me dijo que el Viejo Pascuero no existe! Siempre cree que me puede engañar con sus mentiras.

La madre del inocente pequeño suspiró hondo y viendo la queja con la que había llegado su retoño, pensó que ya era hora de ser honesto con él.

-Mira hijo, tengo que decirte algo. –Hizo una pequeña pausa con la esperanza de que encontrar una manera de anestesiar la siguiente parte de su oración, pero al ver que no existía manera, prosiguió -Tu amigo no te estaba molestando. No existe papá Noel.

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